Los cinco pasos para resolver tus conflictos desde el respeto

Cinco pasos que te ayudarán a resolver tus conflictos

Los conflictos son oportunidades de crecimiento, pero sólo si se solucionan desde el respeto y la escucha. Algo que no siempre es fácil. Por eso hoy te presento cinco pasos que te pueden ayudar a resolver los conflictos sin que llegue la sangre al río. 

Seguro que alguna vez has discutido con tu pareja, has sentido que tus hijos/as te sacaban de quicio o te has desesperado por los comentarios de tu madre, tu jefa o tu vecino.

Los conflictos surgen cuando hay algo que no funciona. Ya sea porque nunca lo ha hecho, o porque la tensión acumulada hace que sea insoportable de pronto. El clásico “la gota que colma el vaso”. 

Te pongo dos ejemplos:

Caso 1:  Alguien te habla mal. Te enfadas, te genera rabia y ahí hay un conflicto. Es la primera vez que pasa, pero no quieres que se repita.

Caso 2: Estás mirando a tu bebé, en ese momento de amor absoluto mientras duerme (por fín) y de pronto te sacan de ese estado de paz dos manos que se abalanzan sobre el cuerpo de tu criatura “ a ver, déjamelo que lo voy a coger”. Acto seguido tu pequeño ya no está en tu regazo y empieza a llorar mientras XXX (pon aquí el nombre de esa persona) trata de consolarlo para devolvértelo enfadada/o “tiene mamitis, no quiere nada con nadie”.

Entonces surge el conflicto.

En los dos ejemplos anteriores puede haber un desenlace que lleve a cambios positivos o un momento cargado de malestar y enfado que sólo acabe con resentimiento acumulado. 

Para tener crecimiento  en lugar de una discusión dolorosa, es necesario poner esfuerzo, y eso no siempre es fácil. 

Hay que poner esfuerzo y entender que sólo si se enfrenta la situación incómoda se crece.

Por eso tener una guía de cinco pasos puede darte seguridad.

 

No hay recetas mágicas e infalibles, pero desde luego ayuda mucho seguir este esquema:

  1. Di de manera concreta lo que te ha molestado. Sin juzgar, sin descalificar, sin hablar de la persona. Céntrate sólo en su conducta. 
  2. Explica cómo te hace sentir. Ahora habla sólo de ti y tus emociones. 
  3. Pide una conducta alternativa. Explica qué necesitas de la manera más concreta posible. 
  4. Explica cómo te haría sentir la conducta alternativa
  5. Describe las consecuencias que puede tener que eso que te hace daño se prolongue en el tiempo. 
 
Voy a resolver el caso 2 siguiendo el esquema para que te ayude a interiorizarlo. 

 

Ya sabes, acaban de despertar a tu bebé que por fin dormía. Cuando hayas respirado hondo quizás puede ayudarte decirle a la persona en cuestión:

  1. Prefiero que antes de cogerlo en brazos me avises, y que si está dormido no lo toques por favor.
  2. Me pongo muy nerviosa si lo tocas así de repente cuando lo tengo en brazos. Ahora es casi como si fuera parte de mi cuerpo y me sobresaltas. Además le cuesta dormirse y necesita descansar tranquilamente, me enfado mucho cuando se despierta así porque sé que le sienta mal.
  3. Si te apetece cogerlo podemos esperar a que se despierte y si antes de cogerlo lo acaricias poco a poco seguro que él se sobresalta menos.
  4. Y yo voy a estar encantada de que él disfrute contigo y tú con él.
  5. Si no, vamos a estar todos más tensos y sé que no quieres eso tampoco.

Lo sé, es dificil llegar a resolver una situación así. Esto es un ejemplo idílico, pero con que hagas uno o dos de los cinco pasos ya vas a notar las diferencias. 

Y por supuesto, cuanto más practiques mejor te saldrá.

No necesitas hacerlo perfecto. Si aplicas sólo uno de los cinco pasos ya vas a notar cambios. 

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